
SCANNONE a fuego lento
Adriana Gibbs
Una imperdible lectura habita en las librerías. Se trata de Conversaciones con Armando Scannone. Jacqueline Goldberg y Vanessa Rolfini —tras sostenidos encuentros con el autor de Mi cocina.
A la manera de Caracas— dan forma a un libro que posee el carácter íntimo de la buena conversación y en el que se tiene la sensación de escuchar a Scannone como si estuviese hablando con un amigo, sin precauciones y sin elaboración. Ahora ellas —Vanessa y Jacqueline— son las entrevistadas:
En este trabajo, ¿qué te sorprendió particularmente de Scannone?
V.R.: "Cuando hice las entrevistas se me reveló una persona con una visión increíble, que tuvo la paciencia de investigar y sistematizar el mundo casi secreto de las recetas de la cocina tradicional caraqueña. Esto lo hizo por puro gusto, sólo porque no quería perder la sazón de su familia".
J.G.: "Me sorprendió su minuciosidad a la hora de recordar sus viajes. Tiene un maravilloso sentido de entrega al disfrute, al asombro, incluso a lo perturbador de una experiencia, como fue, por ejemplo, su viaje a la India".
Invitas a Scannone a casa… ¿qué le preparas?
V.R.: "Preparaciones con un indiscutible toque casero e ingredientes de calidad. Un menú de varios platillos un tanto osado, porque sé que eso le encanta. De postre una gelatina a base de alguna fruta cítrica, nunca de cajita".
J.G.: "De tener a Scannone como invitado, primero temblaría, después contrataría a Vanessa Rolfini para que cocinara".